sábado, enero 26, 2013

Uribana o lugar de cuyo nombre




Rothko
No sé qué significa la voz “uribana” en lengua originaria. No sé si es un lugar muy grande de la tierra o algún lugar para el olvido.

Sé que hoy, Zulay, en el quiosco de periódicos, me habló de madres atribuladas y recordé este verso de Pablo Rojas Guardia:
   
Amanecimos sobre la palabra angustia

Reinos



Acelgas "esparragá"

Dos vueltas al parque y la Cruz del Sur.

Siete de la mañana. Divertido paseo por dos libros. Uno es de cocina. El otro, de biología. En este último, encuentro un pequeño laberinto de células marinas que avanza al modo de una vanguardia firme y obe
diente, hasta que se topa con el alimento. Sus integrantes entonces rompen filas y proceden a saciarse en masa, sin orden ni concierto. Satisfechos, vuelven al carril y arman de nuevo el diminuto laberinto. Para protegerse de la desecación, las células más viejas se apiñan y se envuelven en una membrana dura para esperar tiempos mejores y más húmedos. Cuando éstos llegan (siempre llegan), rompen la membrana y producen una nueva colonia de células frenéticas. “Redes del limo”, leo que las llaman. “No se conocen bien, pero demuestran una vez más la gran variedad de modos de resolver los problemas de la vida…”. Eso dice Colin Tudge en un hermoso pasaje de su libro.

Pienso en el enigma de las redes del limo y también en sus hijos, a quienes algunos poetas entregan a veces su alma…


El otro volumen me lo acaba de pasar Cuchi, para que comparta con ella la gracia de un verbo "cargado de letras del ferrocarril”: Esparraguear. Es un uso andaluz, alabado por Marina Domeq, quien lo explica así:


"Yo no sé si el verbo esparraguear ha sido o no aceptado por la Real Academia Española, porque de momento sólo figura en el diccionario ´esparragado: guisado con espárragos´, aunque el sentido que se da en Andalucía a esparraguear es más bien un tipo de guiso, derivado del que se aplica a los espárragos, pero que también se usa con los cardillos, tagarninas o tallos de acelgas. En una palabra, es una forma de aliñar las verduras pobres que tratadas así alcanzan el nivel aristocrático de los espárragos// Esta manera de condimentar los espárragos trigueros es muy propia del sur, tanto por el uso del comino y el pimentón como del ajo majado con pan".


De inmediato lo añado a mi viejo catálogo de usos culinarios y se me hace agua la boca, porque hoy, en honor a Isabé, su amiga cordobesa, Cuchi va a preparar pencas de acelga “esparragá”.


A Colin Tudge y La variedad de la vida; a Marina Domeq y La imaginación al perol, gracias por el inicio de este día.


P.D: “Mas se calló por siempre el invocado oráculo;/uno sólo en el mundo explicar tal misterio podía:/ -el que entregó el alma a los hijos del limo”. Gérard de Nerval.

viernes, enero 25, 2013

Los árboles de Sebald






En Los anillos de Saturno Sebald muestra una foto donde se le ve apoyado en un cedro libanés. Visitaba ese día el parque de Ditchingham y no podía saber que poco tiempo después, ese árbol, junto con muchos otros, ya no estaría en pie, y que en su lugar sólo habría “un vacío espeluznante”. 

Todo, bosque alto y bosque bajo, vale decir, robles y rodondedros, árboles y arbustos, serían nostalgia pura  pasada la tormenta.

En esas páginas hermosas de su formidable libro, Sebald recuerda y cita a Chateaubriand -con esa manera suya, tan natural, del intertexto- para compartir con el conde su amor insobornable por los árboles:

Como a niños los conozco a todos por sus nombres y sólo deseo poder morir bajo su sombra”.

Hoy en la mañana fui al balcón, y siguiendo la costumbre de mi amiga Isabel Loyola, les puse alpiste a los pájaros de Sebald. Me hice ilusión de que saldrían del cedro. Quién quita que anden por ahí.

domingo, enero 20, 2013

Las ramas

Claude Monet

Ocho versos para sentir que la belleza del mundo nos toca cuando pasa. Son de Alberti, que siempre me emociona con sus álamos. Habrá quien los encuentre simples o banales. Yo los disfruto en este instante.  

Pienso como Housman: cuando se bebe un Barolo stravecchio en Turín, para qué pensar en borgoñas nobles y lejanos.  

Ahí van estos enigmas, viejos dioses vegetales: 

¿De quién es esa voz,
esas ramas que pasan sin pararse? 


De los álamos tienen
el tiemblo, y el silbido de los sauces. 


¿Adónde irán, perdidas,
cantando, ciegas, sin mirar a nadie? 


Van a la mar, al mar. Si no volvieran,
es que quieren quedarse. 

RAFAEL ALBERTI

lunes, enero 14, 2013

Divina Pastora



 Leonardo Figueroa. Divina Pastora

Su pueblo la busca en Santa Rosa y se la trae para que lo acompañe un tiempo, conforme al pacto divino que nos permite estar bajo su manto.

Es el día de nuestra fiesta mayor, el día en que el misterio del alma ilumina a lo
s barquisimetanos, creyentes de una belleza que nos protege, nos orienta en secreto y nos recrea.

En campos de zafiro, la Divina Pastora pasce estrellas.

Dios te salve, reina y madre.

sábado, enero 12, 2013

Amor al pie de la letra




 Elsa Triolet y Louis Aragon

1. Comienza la dudosa luz del día y leo el estupendo capítulo que Martine Broda le dedicó a Louis Aragon en El amor al nombre. Para ella, El loco de Elsa es la  versión personal que el poeta tuvo del amour fou surrealista, así como su homenaje al amor cortés, sobre todo en su fascinante forma árabe.

Combinando poemas en prosa con versos libres y composiciones rimadas, Aragon reconstruye un mito antiguo en pleno siglo XX. Lo ubica en Granada para mayor cercanía con formas del modelo andalusí (zéjel y kasida) y con el esplendor de una fabulosa ciudad caída en 1492, el mismo año de la muerte del poeta persa Djamí, cuya obra, influida por el sufismo, es clave en esta variación contemporánea de lo que la brillante ensayista Martine Broda llama “metáfora del amor loco al pie de la letra”.   

Djamí es el autor del poema Medjun y Leila, de donde Aragon toma la vieja leyenda árabe del amor entre unos primos. Recojo parte del resumen de Broda:

El primo, Quays, es poeta y transgrede un tabú al celebrar a su amada antes del matrimonio. Le escribe versos, en los que prescinde de la senhal y menciona el verdadero nombre de la prima: Leila o Layla (“La Noche”). Por quebrantar la regla que obligaba a callar el legítimo amor, no puede haber matrimonio y Leila es entregada a otro hombre. Quays huye al desierto y se pierde entre animales salvajes. Adopta el nombre de Majnún, el Loco. Broda cierra su breve descripción de la leyenda con estas palabras imperdibles: “Quays se deja consumir por su pasión que le lleva a la locura, pero continúa celebrando a Layla. Cuando ésta viene a verle, la despide para quedarse solo con su sueño de amor en ese desierto que es como la metáfora de los lugares áridos de la escritura (…) Separados, los dos amantes  mueren de amor y consuman su unión en la muerte”.      

 “Practico con su nombre/ el juego de amor”. Son los versos de Djamí que Aragon escogió como epígrafe de este libro en el que imagina a un personaje que ama a una mujer (Elsa, la de Aragon) que no existirá sino cuatro siglos y medio más tarde. Todo es cuestión de tiempo y paciencia.

La frase con la que Martine Broda cierra el ensayo acentúa los rasgos literarios de la ancestral pasión aragoniana:

“…el culto de Elsa es un topos lírico”.

2. Leyendo el ensayo de Broda recordé una anécdota de Aragón que contaba Guillén.  Su relato, por cierto, se convirtió también en una anécdota que habría de contar Carlos Barral. Resulta que a Guillén le hacía gracia el amoroso saludo con el que Aragon iniciaba sus conferencias: Messieurs, Mesdames, mon amour. Cuando decía esto último, Aragon miraba a Elsa, siempre presente y siempre compañera. Relata Barral en el segundo volumen de sus memorias, que en un cóctel privado que organizó Jaime Salinas en Barcelona, Guillén les refirió a los poetas catalanes de los 50 que allí estaban, el entrañable saludo, imitando la voz y los gestos de Aragon. Apunta Barral que lo hizo varias veces y de manera magistral. Pocas horas más tarde algunos de los presentes en el cóctel (entre ellos Barral) fueron a cenar a un restaurante y allí coincidieron  con Guillén, a quien otro grupo agasajaba. De Guillén y sus comensales los separaba un tabique, pero pudieron oír que el gran poeta del 27 entretenía a sus compañeros de mesa con el reverencial saludo de Aragon.

Esa noche a Jaime Gil de Biedma le correspondió el honor de hospedar en su casa a Jorge Guillén. Apagadas ya las luces, se oyó un ruido. Creyó Gil de Biedma que su admirado Guillén había tropezado con algo y acudió a ayudarlo. Por fortuna, nada había pasado. El poeta estaba en el baño, frente a un espejo, diciendo una vez más “Messieurs, Mesdames, mon amour”. Tal vez ensayaba el número estelar de sus tertulias, o tal vez, como dice Barral, en el centro de la anécdota quien reinaba "terrible" era el Poeta.

Creo que no se excluyen entre sí esas opciones. Además, son bellas.

viernes, enero 11, 2013

Pájaro y letra


Sopla un aire de tierra y albahaca. Pienso en un ensayo de Mario Luzi sobre la creación poética y creo sentir la razón de sus palabras: vencer el orgullo de las propias cualidades y reencontrar la modestia que reconoce el espacio de lo natural, sin invadirlo. Veo un pájaro desde la ventana. Come.