lunes, enero 19, 2009

Obesos y famélicos

Raj Patel

El joven profesor Raj Patel, de origen hindú, como su nombre indica, es el autor de un exitoso e importante libro sobre el sistema alimentario mundial. Nació en Londres en 1972 y realizó estudios de pregrado y postgrado en las universidades de Oxford y Cornell, respectivamente. En la actualidad se desempeña como investigador en la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica, después de haber conocido las entrañas de algunos monstruos en cuyos espacios trabajó: Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio y Fondo Monetario Internacional.

Bajo el título de Obesos y famélicos, el celebrado libro de Patel nos muestra con deslumbrante acopio de información y mediante un impecable análisis, el funcionamiento de una las máquinas más infernales que la historia ha conocido: la aterradora máquina del hambre y de la obesidad, un torvo aparato de la globalización que, manejado a placer por las corporaciones que se adueñaron de la comida en el mundo, sigue causando estragos en nuestros suelos, nuestros cuerpos y nuestras almas. Una de esas corporaciones provocó en La India un movimiento de liberación alimentaria cuya consigna no pudo ser más elocuente: “Quememos a Monsanto”. El libro que refiero da cuenta de esas y otras reacciones y apuesta contundentemente por los cambios.

La edición inglesa del trabajo de Patel es del 2007 y la traducción al español apareció hace dos meses en Buenos Aires, bajo el sello de “Marea Editorial”, país donde se viene reflexionando seriamente sobre el tema, después de sufrir las letales consecuencias del criminal, frío e implacable neoliberalismo. Ya Matías Bruera en Argentina había iniciado una pertinente línea de trabajo que, de alguna manera, alcanza un evidente punto de confluencia con la del autor de Obesos y famélicos. Así, leyendo a Patel recordé al Matías de La Argentina fermentada diciéndonos que las corporaciones han arrasado con la dimensión cultural de la comida, subordinando el problema del hambre al interés del mercado, de la ciencia y de la técnica. Patel aborda, como Bruera, el tema del gusto y hace la siguiente afirmación:

Desde el nacimiento nos hemos cocido en el caldo de la industria alimentaria, cuyas estéticas están incrustadas en nuestras papilas gustativas de modo que escupirlo significa desconfiar de nuestros deseos. Nacidos del sistema de producción de alimentos, nuestros instintos alimenticios son guías poco fiables para comer mejor”.

Conscientes de que el tema de la alimentación debe ser visto en su integralidad, el gusto ocupa buena parte de las reflexiones de Patel y Bruera. Asociado por ellos a la lucha por la soberanía alimentaria, ambos nos invitan a estar conscientes de que nuestro gusto ha sido condicionado y no revela preferencias propias sino intereses ajenos. No es que me gusta de verdad alguno de los muchísimos cereales que me ofrecen en el supermercado. Es simplemente que debo “consumir” Kellogs. Por esa razón, Patel incluye dentro de sus propuestas de liberación la duda acerca de nuestras predilecciones actuales. Lo dice así, sin desperdicio:

Convertirse en soberanos implica reexaminar nuestros impulsos y colocar nuestros instintos corruptos en período de prueba. Al recuperarnos a nosotros mismos de las elecciones que el sistema de producción alimentaria ha hecho por nosotros, ´me gusta´ se convierte temporalmente en una sospecha, no en el preludio a una compra”.

Pensar sobre lo que comemos. He allí una consigna urgente para la liberación.

3 comentarios:

Sumito dijo...

Queridos Freddy y Cuchi:

El eslogan en contra de Monsanto es fundamental. En Julio del 2007 escribí un artículo para mostrar el horror que hay detrás de la forma más perversa que existe de imperialismo: hacer dependiente a los hombre a través del hambre, siendo Monsanto uno de los brazos ejecutores.

http://sumitoestevez.blogspot.com/2007/07/el-horror-que-se-avecina.html

http://sumitoestevez.blogspot.com/2008/04/hambre.html

Un gran abrazo

Sumito

Biscuter dijo...

Gracias, Sumito, por tu comentario y por el dato. Lo buscaremos. Hay que seguir abordando ese tema. Cada vez se hace más necesario hacerlo.

Aprovecho la ocasión para dos cosas más: una, agradecerte la mención que hiciste de Cuchi en tu artículo del domingo pasado. Y otra, informarte que hay una enorme expectativa por la conferencia que darás en la UNEY,en San Felipe, el sábado 31 de enero a las diez de la mañana. Te esperamos.

Un cálido abrazo,

Freddy

Anónimo dijo...
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