jueves, abril 05, 2007

DOS UNIVERSIDADES ENTRE RÍOS

Sentados: Silvia Blanco, Anabel López, Isabel Corfield, FCC y Alicia García. De pie: María Celia Collantes, María Clara Melchiori y Lázaro Alvarez

Por la entusiasta mediación del rector Eduardo Asueta y de María Angélica de Marcó, directora de relaciones interinstitucionales de la Universidad Nacional de Entre Ríos, la UNEY estuvo en Gualeguaychú, sede de la Facultad de Bromatología de la indicada casa de estudios argentina. Allí pudimos apreciar la calidad de sus trabajos en materia de cultura alimentaria, así como su indiscutible disposición a profundizar en una visión integral del tema. El breve pero fecundo intercambio nos deparó la certeza de que es posible avanzar juntos en el estudio riguroso y amplio de la realidad alimentaria de nuestros países.

Toda fragmentación del conocimiento es nefasta como lo demuestra el tema de la comida. No poseer una política coherente, soberana y adecuada en materia de alimentación, se debe, en buena medida, a la falta de estudios integrales acerca del tema. Es indispensable, desde luego, una voluntad de cambio signada por valores como los de la justicia y la igualdad, pero ello no es suficiente. La buena voluntad distributiva no basta. Es necesaria una política de producción sustentable que recupere el paisaje agrícola. Y aún así, no alcanzaríamos el estadio deseable si no promovemos el desarrollo gastronómico de los productos. Plantearse una política de seguridad alimentaria sin cocina, es amputarle a la misma la clave de su éxito duradero. Esta verdad que debería ser de Perogrullo (no lo es) la sabemos en la UNER y en la UNEY. Por esa razón este primer encuentro nos va a llevar al lugar común de la cocina para desplegar desde ella ese estudio integral que tanta falta le hace a nuestros países, a medio camino entre el minoritario mundo gourmet y una población hambrienta o subalimentada, patéticos polos de una misma incultura gastronómica.

La Facultad de Bromatología de la UNER ha realizado un importante programa de extensión denominado “La construcción del cosmopolitismo alimentario argentino”. Partieron del supuesto de que “Una cultura alimentaria implica un conjunto de relaciones materiales y simbólicas que se traducen en olores, texturas, colores y sabores; en aversiones, preferencias, construcción de identidades y subjetividades”. Su propuesta se orienta a “problematizar y dotar de sentido histórico y social a este tema, reconociendo su complejidad, especialmente en lo que respecta a la cultura alimentaria argentina, comprendiendo la dinámica de su configuración, poniendo énfasis en el sentido político de una cocina cosmopolita. Pensamos a la alimentación y a la cocina como expresiones de sociabilidad en las cuales se expresan órdenes o tendencias sociales que disputan posiciones hegemónicas, atendiendo a las implicaciones nutricionales, bromatológicas, en la economía política, en orientaciones estéticas y éticas. Nos interesa reconocer los problemas, posibilidades y contradicciones que supone una cocina cosmopolita y los patrones alimentarios que la expresan, y, en estos procesos, abrir espacios articuladores de teoría y práctica”.

En Gualeguaychú sentimos que mucho de lo expresado por nosotros en esta página tiene ya un amplio cauce trazado por la Universidad Nacional de Entre Ríos, con cuyo equipo de cultura alimentaria pensamos iniciar un fecundo intercambio académico.

3 comentarios:

club de gastronomia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
club de gastronomia dijo...

Exelente el que sea un movimiento internacional el de recuperación de la gastronomía local en cada región, ya basta de que el desconocimiento y el desden al conocer nos hagan victimas del HAMBRE, asunto que en estos tiempos y más para un continente tan joven y fructífero como lo es América, es ficticio y sin fundamentos. Si la gastronomía va a dar un paso más no hay mejor dirección que esta.

Itamae

clubdegastronomia.blogspot.com

Anónimo dijo...

Evangelina es Gualeguaychú

Néstor