miércoles, abril 19, 2006
Picón Salas y las arepas trujillanas de la negra Josefa
Mariano Picón Salas
Asumo el lugar común y el riesgo de incurrir en una pesadez (in)necesaria: el tema de la gastronomía es tan importante que no podemos dejárselo a los "chefs" ni a los "gastrónomos ilustrados". Dejemos, para provecho de todos, que nos hablen de gastronomía las cocineras y los cocineros humildes y los intelectuales que no han hecho de la cocina un simple neg-ocio sino un verdadero ocio creador.
Hoy habla Mariano Picón Salas:
"Viajo un poco por mis reminiscencias y andanzas gustativas en varios rincones venezolanos para decir cuales fueron las que más me deleitaron. a pesar de ser merideño, y sin ánimo de ofensa o querella areperil contra ninguna provincia, daría mi voto por las del Estado Trujillo. No se han vuelto a ver en este universo mundo, que cada día se nos torna más uniforme y angosto, arepas que equivalgan en tersura y nitidez a las que hacía la rolliza negra Josefa en su fonda bautizada de `Hotel Comercio`, en el pueblo de Motatán, y cuyos extraordinarios guisos saborearon hasta el año veintitantos los viajeros que aguardaban los despaciosos y chirriantes convoyes del fenecido ferrocarril de La Ceiba. Toda esta tierra del distrito Valera es privilegiada de arepas. Y tres o cuatro especies de quesos: el salado de la tierra caliente, el mantecoso de los páramos, el arenoso de Perijá, contribuyen a sazonarla en forma inenarrable".
(Mariano Picón Salas, Pequeña historia de la arepa, Suma de Venezuela, Caracas, 1966)
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2 comentarios:
¿Le ponían queso a la masa o rellenaban la arepa con esos quesos?
Amigo Najul (Frente al mar rojo), entiendo que lo primero, pero seguramente algunos hacían lo segundo, y muchos antes de que se popularizaran las llamadas "areperas" citadinas.
Saludos
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