miércoles, noviembre 07, 2007

Vivir y pensar la gastronomía

Irina Pedroso interviniendo en el foro del jueves en la UNEY


Michelle Mesmain y Matías Bruera en el foro del Museo de Bellas Artes de Caracas



Víctor Moreno. Salsipuedes


Yuri de Gortari, Cuchi Morales y Matías Bruera




José Rafael Lovera y Matías Bruera en Salsipuedes


El importante Encuentro venezolano con los Sabores del Mundo que acaba de concluir nos dejó no sólo el recuerdo de una gratísima experiencia de intercambios gastronómicos, sino la convicción de que quienes hemos apostado abiertamente por la causa de la cocina cada vez disfrutamos de más y mejor compañía. Los dos foros efectuados en la UNEY, así como el realizado en Caracas el sábado pasado pudieron dar cuenta entusiasta de ese aserto.



José Rafael Lovera, el jueves por la tarde en la UNEY, ratificó y compartió su sabiduría de investigador de la alimentación con un público de jóvenes que siguió detalle a detalle la magistral intervención de nuestro máximo historiador de la cocina. Lo acompañaron esa tarde en la tribuna Víctor Moreno, Edmundo Escamilla, Yuri de Gortari y Matías Bruera. A todos nos dio un enorme gusto escucharlos, conversar con ellos y seguirlos en sus acuerdos y desacuerdos y en sus búsquedas y hallazgos. Una atmósfera especial gravitó sobre la sala. La conexión del público con los ponentes fue unánime, como pocas veces ocurre en actos de este tipo, casi siempre tributarios de un libreto gris y monótono. En esta ocasion no fue así. Emoción y ciencia. Algebra y fuego. Palabra y talento. En todo eso fue pródigo ese foro inolvidable. Desde la disertación académica y sencilla de Lovera hasta el discurso lleno de sapiencia y gracia de Edmundo y Yuri, pasando por la palabra polémica, crítica e inteligente de Matías Bruera y por la vivacidad del excelente análisis histórico de Víctor Moreno, el foro del jueves fue un regalo invalorable que recibimos en la UNEY.

Al día siguiente (viernes 2-11-07), con Daniel Niles, Michelle Mesmain, Magda Choque y Andrea Méndez, se repitió la escena. Un fecundante coloquio acerca de las experiencias de la Vía Campensina (Estados Unidos), el movimiento Slow Food (Italia) y las Semillas Sagradas de Jujuy (Argentina) permitió conocer cómo la producción y el desarrollo gastronómico pueden enlazarse armoniosamente para mejorar de manera integral el consumo de alimentos.

La red había comenzado a tejerse desde hace algún tiempo. Hoy comprobamos que hacía falta hacerla visible. Ya estamos plenamente conscientes de que debemos seguir tejiéndola juntos. Y no sólo tejerla. También hablarla y pensarla, porque sólo así podemos comunicarnos mejor y trabajar inteligentemente por una visión amplia de los saberes y sabores de nuestras tierras.

La gastronomía, entendida en el sentido amplio y (auto)crítico que sugiere Matías Bruera en sus libros, es mucho más que buena mesa. Es un desafío cultural y un espacio común para la imaginación. Con ella recuperamos una memoria perdida y enriquecemos el presente, conservando y creando a la vez, sin aferrarnos a dogmas y sin la banalidad de la novelería. Con ella, en fin, damos plenitud al inevitable hecho alimentario.

En el Encuentro con los Sabores del Mundo (Primer Festival Internacional de Gastronomía organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del CONAC y con el apoyo de la UNEY) dialogaron el talento creador y las tradiciones alimentarias, así como el pensamiento crítico y la sensibilidad social de quienes hacen de los oficios de cocinero y de investigador académico, nobles y dignos trabajos de la cultura, de la sensibilidad y de la inteligencia.

Enhorabuena.

No hay comentarios.: