lunes, junio 01, 2009

Guardiola en La Llesca


No hay error en el aviso. Está escrito en catalán y corresponde a una pequeña taberna del amable barrio de Gràcia, en Barcelona. Cuchi y yo la conocimos por Luisana en el año 2001, el mismo año en que Josep Guardiola se retiró del Barça y causara una enorme aflicción en los fanáticos. La mención de este hecho no es arbitraria, pues lo primero que vimos al entrar al restaurante fueron varias fotos del Pep Guardiola, como otra seña de la identidad catalanista y del orgullo culé que allí reinaban. Una de las fotos era un trofeo: Guardiola comiendo en La Llesca. También lo hicimos nosotros esa noche, con fruición extraordinaria. Las rodajas de pan con tomate que consumimos en esa ocasión fueron un prodigio inolvidable. Nos comimos a la Cataluña aldeana con un enorme gusto y una apoteósica alegría. Nada estuvo fuera de sitio. Saciados de alioli, la más poderosa salsa de esas tierras (y quizá del planeta), salimos de allí felices, dando gracias a la providencia por la gula y los placeres recibidos. Desde entonces asocio el nombre de Guardiola con la comida catalana, especialmente con las esponjosas rebanadas de pan de payés y con el tomate frotado sobre ellas, es decir, con ese viejo milagro de la gastronomía campesina que son las universales “llescas de pa amb tomàquet” que cualquiera puede preparar en su casa para alimentarse sabrosa y sabiamente.

He recordado ese momento íntimo en estos días de euforia barcelonista y me he imaginado en el barrio de Gràcia, celebrando en La Llesca el triunfo de Guardiola, que no es sólo un triunfo del deporte. Es también un triunfo de la estética. Es la poesía del futbol recordándonos que la belleza serena puede depararnos frutos efectivos, además de goces febriles y certeros. Digo que me he imaginado en La Llesca, porque en mi memoria, futbol, Guardiola y comida catalana habitan ese espacio fabuloso, pequeño y concurrido, donde una vez sentí concentrados y armoniosos los hilos de la historia sentimental de Cataluña. Uno de esos hilos es el Barça, al que hoy rendimos tributo por haber alcanzado, probablemente, su momento de mayor esplendor.

Ayer leí varios artículos sobre el Pep Guardiola, envuelto todavía en la atmósfera de dicha que nos proporcionó el histórico e increíble gol de cabeza de Lionel Messi contra el Manchester. En alguno de esos artículos se hace referencia al gusto del Pep por la literatura. Supe así que el clamoroso director técnico del Barça después de leer “Operación Masacre” de Rodolfo Walsh, comentó algo que seguramente ahora practica en su trabajo: “A uno le gustaría ser y comportarse en la vida como el señor Walsh. Eso es coraje, y lo demás, tonterías”. La frase revela una adhesión ética. Walsh desafió con su pluma y su acción a los dictadores argentinos y por esa razón lo asesinaron. En “Operación Masacre” denunció los crímenes de los antiperonistas en 1956. Nada de medias tintas. Y eso debe haber conmovido al Pep Guardiola, a la hora de valorar modelos de conducta, válidos para todas las batallas que hemos de dar en esta vida.

Volvamos a La Llesca. Está atiborrada. Traen ya las rodajas de pan ancho campesino. También los tomates maduros, abiertos por la mitad. Los frotamos sobre el pan. Le añadimos un poquito de sal y un chorrito de aceite a lo largo de toda la rebanada. Apretamos el pan con los dedos por los cantos y luego lo soltamos para que el aceite y la agüita del tomate se desparramen a placer. Elevamos una copa de Sangre Brava y ahora brindamos por Messi, por Iniesta, por Xavi, por Eto´o, por todo el equipo. Cuando nos toca hacerlo por Guardiola, de más está decirlo, hacemos una reverencia especial. El resto es lo de siempre:

¡Visca el Barça!

5 comentarios:

Henry S. dijo...

Este fin de semana estuve en Barcelona. Evidentemente hemos hablado mucho del Barsa, de Guardiola. Alguien me dijo que Guardiola, entre otras cosas, era lector de Cortázar. Ese futbol que juega a deformar la realidad para convertirse en algo casi fantástico lo demuestra.

Es un placer leer tus blogs.

Un abrazo

Biscuter dijo...

¡Qué bueno tu comentario!

"...deformar la realidad para convertirse en algo casi fantástico". Ahí esta la cosa.

Cortazariano y neonachista, el Pep es especial.

Gracias, querido Henry.

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

este barsa fue como un desayuno en la orilla de la playa via chichiriviche con pescadito y demas!!!!sublime una poesia!!!
saludos desde pananma biscutieres!!!un abrazo
christian alvins

Marc dijo...

collonut!
abrazo desde http://bcarcelona.blogspot.com/

Biscuter dijo...

Marc, ¡visca Catalunya lliure!