jueves, febrero 05, 2015

Su masa es ligera como el aire


 
Es una inolvidable y efectiva escena gastronómica. El director, además, la aprovechó para hacer varias cosas a la vez: referirse a la justicia francesa, regalarnos un estupendo chiste y tributarle homenaje a uno de sus platos predilectos.  

Lo primero fue una referencia al principio de “libertad provisional por falta de pruebas”, principio que conocía muy bien el anfitrión, dada su legendaria trayectoria delictiva. Recordemos que lo llamaban el Gato, por sus habilidades escapatorias. Lo segundo y lo tercero corrieron en llave, dado que el chiste no tendría gracia sin la majestuosa presencia del sabroso plato. Los resumo:  

Después de la sopa, vino el gran momento. La robusta Germaine, ama de llaves y cocinera, sirvió el plato estrella de la mesa: nada menos que una quiche lorraine que el Gato anunció con orgullo. El invitado, agente londinense de seguros, declaró que conocía la quiche sólo de nombre. Al probarla, exclamó fascinado: “Es maravillosa. La masa es tan ligera como el aire. Se deshace en la boca”. Entonces el Gato no perdió ocasión de elogiar a Germaine, quien ya se retiraba a la cocina. Afirmó: “Sus manos son especiales. Estranguló a un general alemán sin hacer ningún ruido”. La cámara nos deparó de inmediato el rostro demudado del inglés, que soltaba los cubiertos y volvía su mirada hacia la rotunda humanidad de Germaine, diciendo: “¡Una mujer extraordinaria!”.  

Es, por supuesto, Hitchcock, en Atrapar al ladrón, aquel amable juego en el que Cary Grant y Grace Kelly se enamoraron en la Costa Azul. Es también -como ya quedó dicho- una excusa para rendirle honores a la imponderable quiche lorraine.

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