Del afiche de "Estómago"
Estómago (2008), de Marcos Jorge, es
una divertida película brasileña sobre la cocina y el poder. Entre sus mejores
momentos debe estar la gran comida de los reclusos, organizada por uno de los
“pranes” para homenajear al gran jefe: el “pran mayor”. Fue la ocasión en la que
el chef mostró, no sólo su destreza en los fogones (ya conocida), sino también
sus habilidades para el ascenso en su carrera penitenciaria. Con una suerte de
golpe de estado culinario, Raimundo Nonato (el héroe de la película) se abrió paso.
En la memoria, dos imágenes. Una: el postre
“Romeo y Julieta” (dulce de guayaba con gorgonzola), obra de arte o especie de “Picasso”
gastronómico, según Giovanni, maestro de Raimundo. La otra: una botella de
Sasicaia, noble vino de la Toscana, cuyo consumo “di nascosto” precede al
crimen demencial.
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Otrosí: el mercado como escuela de cocina, y el
primer aprendizaje: la masa para las empanadillas; el amargo de angostura
(guiño involuntario para Venezuela), el negroni y el banquete de bachacos.
También una frase que es un viejo lugar común siempre vigente:
“En lo más sencillo, es donde
el cocinero puede cometer los peores errores”.
Dejemos hasta aquí la ficha para una reseña al voleo y vean la película.
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