lunes, mayo 30, 2016

Una cocina en los diarios de Jünger

 Joachim Uytewael (Utrecht, Países Bajos, 1566-1638

Seis de la mañana. Cielo arrumazado y Jünger, para quien el diario era como una plegaria cotidiana y que, en parte, la sustituía. A lo largo de su vida (más de cien años) fue tejiendo una obra en la que la escritura diarística fue fundamental. Así lo revela el destacado lugar que hoy ocupa entres sus lectores y la estimación que él mismo le otorgó. Surgidos en tiempos sombríos y hostiles, como muchos grandes libros del siglo XX, los diarios de Ernst Jünger son, además, de arte literario, testimonio iluminado de una época.  

El 21 de mayo de 1965, en Wilflingen, cerca de la Selva Negra, Jünger, que no sólo tenía tiempo para los jardines, describe así un cuadro: 

“… Joachim Uytewael: Cocina (1605). En el primer plano, un cocinero trocea un pescado, una cocinera que ensarta volátiles, un perro, un gato, un niño que come golosinas. Junto al fuego, una criada está rechazando a un atrevido indiviuo que quiere meterle la mano bajo las faldas. Aquel sujeto mira con ojos lascivos e inquietos hacia la cocinera. Si se tienen en cuenta el lugar y la hora, eljuego de las manos que agarran y de las manos que rechazan va muy adelantado; se explica, sin embargo, por la borrachera del hombre. 

En paredes, mesa sy suelo, utensilios de cocina, ollas, caza, pescado, hortalizas, enormes trozos de carne. La cocina se abre por una estrecha puerta a un salón donde hay gente jugando a las cartas, y por un amplio arco a una plaza magnífica. Edificios, estatuas, muchedumbre popular. El Universo se concentra, cada vez más coloreado, en un bodegón. 

Un cuadro que atrae a primera vista por la fuerza de los contrastes y por su vitalidad, pero que, a la larga, uno no soportaría cerca de sí mientras come. Tales obras tienen su sitio propio más bien en salones donde cada día deleitan a nuevos huéspedes”. 

Como le ocurrió también con unas bañistas de Seurat, Jünger, experto en lo que él llamaba “caza sutil”, sin duda, tuvo ante este cuadro de Uytewae, buen ojo para los detalles.

No hay comentarios.: