lunes, agosto 15, 2005

Elogio del ajoblanco

Nunca terminaré de agradecerle al pueblo andaluz, como se debe, la feliz invención del ajoblanco. Asimismo, tampoco dejaré de preguntarme por qué esa sopa fría, de la familia casi infinita de los gazpachos, no ha recibido los honores de la difusión que ya disfrutan para sí los platos de su estirpe más cercana. No me explico cómo un español de Santander, por ejemplo, desconoce todavía las excelencias de una sopa que, de haberlo, le habría deparado a su creador, el Premio Nobel de Gastronomía.

El ejemplo anterior no es caprichoso. Asistí hace poco en Salsipuedes al asombro de dos amigos poetas (uno español del norte y otro venezolano aquerenciado en tierras del Cantábrico) ante la maravillosa aparición del ajoblanco. Era, para mi sorpresa larense, el primer ajoblanco de sus vidas. La ciencia y cultura de la alimentación, con la diversidad de sus saberes geográficos, fisiológicos, históricos y sociales, dio respuesta hace mucho tiempo a mi inquietud, una inquietud que sólo por manía retórica he traído a cuento esta mañana. Dejo para otro día la explicación y vayamos al grano.

Que fuese el plato predilecto de Eugenio Trías, mi filósofo de cabecera, era un atractivo, un gancho importante, capaz de vencer mi inicial desconfianza frente a los caldos no calientes (valga el oximoron), pero no bastaba con eso, por más perversión literaria que posean algunos de mis gustos. Era necesario que el plato se impusiera por sí solo. Y lo hizo.

El hecho ocurrió hará unos diez años en casa de una pareja amiga. Ese día asistí a la epifanía del ajoblanco y al comienzo de un vicio que me acompaña desde entonces. De todos los gazpachos, prefiero esta deliciosa sopa veraniega que María Zambrano vio preparar muchas veces en su casas de Málaga y Segovia, por ser el alimento preferido de don Blas. Porque hay que decirlo: el ajoblanco no es sólo un plato de los pobres, sino también una presencia infaltable en los condumios estivales de la clase media y de los ricos andaluces.

El medicinal bulbo que científicamente llaman “Allium sativum” dio lugar, como todo el mundo lo sabe, a una inmensa cultura culinaria que nos ha deparado innumerables platos, pródigas salsas y hasta vigorosas curaciones. Más aún, dio origen a un culto secular (en ambos sentidos) que lo erigió como el fruto primigenio del Arbol de la Vida. Así lo refiere memorablemente una antigua leyenda palestina a la que me gusta darle crédito y razón.

La receta del ajoblanco es sencillísima y su procedimiento, desde hace décadas, gracias a la licuadora, ya no comporta el laborioso uso de la maja y el mortero, que tanta percusión regalaron a las cocinas de otra era. En Salsipuedes lo preparan como sigue:

Una taza de almendras peladas, dos ruedas de pan campesino viejo, seis dientes de ajo grandes, aceite de oliva, vinagre, sal al gusto y agua en cantidad proporcional al espesor que se desee. Todo eso lo licúan muy bien y lo ponen a enfriar. Cuando está bastante frío, lo sirven con uvas dulces peladas para provecho de los elegidos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído que el ajoblanco clásico, el gran ajoblanco, es malagueño. Es el ajoblanco de la almendra y de la uva moscatel. Es el ajoblanco al que nunca le ponen huevo y al que si lo acompañan con pan nunca cometen el estropicio de tostarlo o freirlo.

La receta que usted da parece ser la malgueña.

Gracias.

In the flesh

Pablo Bautista dijo...

Sorprendente visita la tuya hoy, saliendo de la nada y en una muy rápida visita encantado. Casualidades de la vida, estoy de vacaciones en Málaga (leeré tu blog en septiembre con tiempo)y, visitando el museo Picasso, he parado a comer en el patio del mismo un excelente ajoblanco.

Volveré.

Biscuter dijo...

"Azar concurrente" llamaba Lezama Lima a esas casualidades. Las hay más impensables, desde luego. Pero esta que reportas es muy grata y me causa gran envidia. ¡Málaga, Picasso, ajoblanco, el mar, tantas cosas!

¡Salud!

Biscuter

Martín dijo...

Hola Biscuter, justo antes de ayer hablabamos de hacer un gazpacho para pasar mejor estos calores barbadienses. Ya tenemos la receta del ajoblanco, que intentaremos preparar pronto y les contaremos el resultado. Podrian darnos ahora, por favor, la receta del gazpacho de Salsipuedes? Un gran abrazo.

Biscuter dijo...

La receta de Salsipuedes para hacer una jarra de gazpacho, es como sigue:

Ingredientes: Ocho tomates bien rojitos, un pepino, una cebolla mediana, un pimentón, cuatro dientes de ajo, un cuarto de cucharadita de comino en polvo, dos rebanadas de pan viejo, cuatro cucharadas de vinagre, ocho cucharadas de aceite y sal al gusto.

Procedimiento:
Picar todo. Ponerlo en la licuadora (en dos tandas, por lo cantidad). Licuar bien, con agua. Colar, agregar sal al gusto y ponerlo a enfriar.

Grandes abrazos,

Biscuter

Martín dijo...

Gracias por la receta, ya copiamos los ingredientes para ir al supermercado y comprarlos, seguro que este fin de semana haremos alguna de esas sopas, les contaremos como nos quedo. Un gran abrazo.

Guy Monod dijo...

Definitivamente, Biscuter sabe más que pescado frito.
Y ya que andamos en una degustación de elogios, aquí le dejo un Elogio del Ajo, sin blanco. O debería decir del ajo a secas, o del ajo pelado?

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=19066

Martín dijo...

Buen articulo el que recomienda Guy Monod. Casualmente con casi el mismo titulo y fecha de publicacion que este de Biscuter? Algo pasa por aqui...

Martín dijo...

Hicimos el gazpacho, nos quedo muy bueno. En lo unico que no pensamos fue que la receta de Biscuter seguro que era para 4 personas, nosotros somos dos, asi que tenemos gazpacho para toda la semana, eso se dana?

Por cierto, el gazpacho es comida de lujo en Barbados, ayer gastamos unos 25.000 bolviares en 8 tomates, un pepino y un pimenton.

Un abrazo.

Biscuter dijo...

Felicitaciones por el gazpacho.

En la nevera no se les daña.

Anónimo dijo...

El artículo que recomendó Guy Monod (a quien vimos el viernes) es muy bueno. Vale la pena seguir hablando del ajo. En este blog hicimos antes del elogio al ajoblanco una post sobre la sopa de ajo, pero al ajo tiene mucha tela que cortar.

Saludos.

Martín dijo...

El gazpacho alcanzo hasta hoy, de verdad que, para esta pareja, si vale la pena hacer esa receta para cuatro personas. Gracias!

Proximamente el Ajoblanco.