miércoles, mayo 24, 2006

La mesa de Uslar en Salsipuedes

Rafael Arráiz Lucca, Simón Alberto Consalvi,
José Luis Ochoa, Antonieta, M.H. Otero y FCC

Prensa UNEY.-

Dejarse llevar por el goce del buen comer es una afición de la que la mayoría de los seres humanos quiere presumir. Un delicioso menú, una mesa bien servida y el buen sabor de boca que deja la comida preparada con gusto, logran que algo tan cotidiano como comer, sea una experiencia inolvidable, a veces. Pero disfrutar de ese buen comer, con unos platos inspirados en ciertos pasajes literarios y más aún, en un personaje rico en historias y letras como Arturo Uslar Pietri, es más memorable aún.

Eso fue lo que ocurrió en el Centro de Investigaciones Gastronómicas de la UNEY (Ciguney), donde su equipo de trabajo se dispuso el pasado viernes a elaborar un menú “uslariano”, para rendir un tributo gastronómico a este ilustre venezolano en la semana en la que se conmemoró su centenario.

Así que la directora del Ciguney, Cruz del Sur Morales, junto a sus compañeros Ricardo Oropeza, Osmany Barreto, María Loyo. Damaris Loyo, Paula Hernández y el profesor Humberto Arrietti, prepararon platos sencillos de la cocina clásica francesa, con el toque característico de la cocina yaracuyana de este centro gastronómico, para el que docentes, egresados y estudiantes de la UNEY, hicieron un gran trabajo.

La entrada fue uno de los sabores más elogiados en el encuentro: casabe con queso crema, coronado por “chutney de mango”, un agridulce con toque picante, que hace una exquisita combinación.

Los platos siguientes fueron mejillones a la crema, ensalada de piña con trufa(guiño a Marcel Proust y a la belle epoque), pollo al estragón y creme brulée de postre. No fueron platos seleccionados al azar, sino escogidos por un vínculo medio secreto que guardan con las letras de Uslar. Medio secreto, ya que se refiere a los platos principales en el prólogo al libro Copas y platos de la casa, de su primo Alfredo Boulton, donde muestra su apego a la buena cocina. Allí, alaba la sazón de Yolanda de Boulton, quien entre otros manjares, prepara mejillones en ajenjo y pollo al estragón. El resto de los platos, se ubicaba en los años que el personaje vivió en París.

El almuerzo tuvo como escenario la acogedora quinta Salsipuedes, sede del Ciguney, y allí se reunieron a compartir la comida y las tertulias sobre Uslar, las autoridades de la UNEY: el rector Freddy Castillo Castellanos, el vicerrector José Luis Najul y el secretario general Ramón Sánchez Sivira, acompañados de los invitados especiales: Rafael Arráiz Lucca, Simón Alberto Consalvi, Miguel Henrique Otero y Beto Benítez, quienes participaron en el foro “Vida y Obra de Uslar Pietri”, en esa casa de estudios.

Arráiz Lucca, autor de la biografía Arturo Uslar Pietri, señaló en su ponencia que al escritor le gustaba “comer mucho y de todo”, a propósito de su disfrute por la buena cocina.

Este encuentro gastronómico-literario fue una de las actividades de clausura del cronograma de celebración de los 100 años de Uslar, y permitió encontrar intelectuales que compartieron anécdotas literarias y deliciosos platillos.

2 comentarios:

Tecnorrante dijo...

Conocer a una persona por sus gustos gastronómicos es, desde mi humilde punto de vista, una de los mejores ángulos para enfocar esa relación con el otro, pues a la vez que se aprende de su vida, aumenta también el propio conocimiento en ese cotidiano arte con la posibilidad agregada de aumentar los gustos propios.

¡Que buena manera de finalizar esta celebración centenaria! Me hubiese gustado mucho estar allí, para compartir la comida de Cruz del Sur, la tertulia de los asistentes y la memoria de uno de los amigos más visibles de todos los venezolanos.

Salud y mucho vino!

(por cierto que no comentan nada de la selección de los nobles caldos que escogieron para acompañar, pero ni modo, amanecerá y sabremos)

abrazo

Anónimo dijo...

No estuve, pero tengo entendido que todo lo rociaron con un espumante italiano excelente, probablemente el mejor que se consigue en Venezuela. Funcionó, al igual que la ensalada de piña con aceite de trufas, que permitió el ´paso de los mejillones al pollo al estragón.