martes, agosto 16, 2011

Edgar Abreu Olivo en la UNEY


No es sólo la UNEY la que ha perdido a un investigador extraordinario. Lo ha perdido el país. Sin duda alguna, los estudios académicos de Edgar Abreu Olivo constituyen una invalorable fuente para el conocimiento de la alimentación en Venezuela. Por alguno de ellos recibió el Premio Nacional de Nutrición y por muchos otros,  el reconocimiento de la comunidad estudiosa del tema, tanto nacional como internacionalmente. Pero lo perdemos por algo mucho más sensible: lo perdemos por honesto, inteligente, libre y bueno. Lo dejo hasta ahí, para no abundar en lamentos… 

Quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y trabajar con él, son testigos de su calidad profesional, de su indiscutible honradez, de su lucidez analítica y de su tesón investigativo. Jamás se detuvo en la acumulación de cifras o datos. Indagaba en la genealogía de los mismos y extraía de ellos fecundas lecciones para su uso práctico. Fue un técnico y un intelectual. No un tecnócrata ni un pragmático. Estudiaba para servir y disfrutaba de ese oficio porque lo sentía útil para muchos.

Universidades como la UCV y la ULA conocieron de la profundidad y rigor de sus trabajos. Asimismo, instituciones como la FUNDACION POLAR, INSTITUTO NACIONAL DE NUTRICION y FUDECO se nutrieron de su labor investigativa.  En todas ellas quedó la marca de su paso fructífero y amable.

A la UNEY le tocó en suerte ser la última y más querida de sus casas académicas. A ella brindó sus conocimientos de modo generoso y amplio. Llegó a nuestras aulas cuando ya era un consagrado experto en temas alimentarios. Nos ayudó a emprender la desafiante inserción de la heterodoxa carrera Ciencia y Cultura de la Alimentación en el ámbito universitario del país. También nos estimuló a dar inicio al Centro de Investigaciones Gastronómicas, donde no sólo deja un espacio vacío, sino la permanente presencia de un morador entrañable. Allí vivió, allí veló y descansó. Pobre de aquel que se atreva a desordenar la “habitación del profe”. Los custodios de Salsipuedes (así se llama la casa del citado Centro) la defienden como si se tratara de un lugar especialísimo. Y lo es. 

Edgar Abreu Olivo fue el primer investigador de planta de la UNEY. Lo fue desde el año 2002, cuando aceptó nuestra invitación a integrarse a este intento de afrontar la comprensión de Venezuela de una manera libre y creativa. Poco tiempo después tuvimos el honor de incorporarlo como miembro ordinario de nuestro personal docente, por sus méritos y por su larga trayectoria científica y académica. Usamos para ello la norma reglamentaria de ingreso al personal docente, conocida por nosotros como “Cláusula Julio Miranda”, precepto sabio que nos libera de la necedad de examinar las cualidades de quienes deben más bien examinarnos a nosotros. 

Con inmensa satisfacción podemos afirmar que Edgar Abreu Olivo encontró en la UNEY un sitio adecuado para prodigar saberes y dispensar a jóvenes investigadores el arte de la Ciencia de los Alimentos. El llamado grupo GUIA, en Guama, es un elocuente ejemplo de lo que decimos. En una vieja casa de ese pueblo yaracuyano, Edgar fue preparando un equipo que hoy en día puede dar fe (y pruebas) de que su esfuerzo no fue estéril. Desde allí emprendió y dirigió, entre otros, el apasionante estudio acerca del comportamiento de la nutrición en países miembros de la OPEP. Los resultados de ese trabajo están actualmente en proceso de edición…

Los egresados de las primeras cohortes, así como muchos de los jóvenes profesores de la UNEY, son los mejores testigos de la noble y rica labor que en sus últimos años de vida realizó Edgar Abreu Olivo. Con su nombre fue bautizada nuestra segunda promoción de licenciados en Ciencia y Cultura de la Alimentación. En ese acto de grado, en julio del año 2006, Edgar, con la claridad y sencillez que siempre tuvo, dijo algo que hoy podemos recordar, poniendo su vida como ejemplo. Aconsejó a sus ahijados: "Sean buenas personas y crezcan todos los días".

Eso fue y eso hizo EDGAR ABREU OLIVO, a quien Dios –estamos seguros- tiene ya en la gloria.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, muchas gracias por expresarse así de mi hermano Edgar Allan Abreu Olivo. Sinceramente las palabras expresan su dedicación y su lucha contínua, por mejorar la calidad de vida alimentaria del venezolano, desde los tiempos (años 60) que ayudaba a formar las cooperativas y estudiaba en Maracay la carrera de Ingeniería Agrónoma.
Un gran abrazo, y lo mejor para usted y su equipo. Nancy Abreu.

Juan Manuel Rangel dijo...

Edgar Allan Abreu Olivo, representa no sólo en la vida profesional sino también en lo personal un ejemplo a seguir y fuente de inspiración para todos los que tuvimos la dicha de conocerlo. Siempre dispuesto a hablar, aconsejar y a escuchar, en la búsqueda incesante de los datos, amable, persistente, firme, responsable. Tu partida es muy lamentable, siempre te llevaremos con nosotros, en nuestras palabras, en nuestras acciones, mente y corazón. Hasta siempre hermano, amigo. Descansa en paz.

nicolas dijo...

me llamo nicolas montanez y les cuento que por un lapzo de 3 años le preste los servicio de taxi al profesor, sus alumnos para varias parte del pais con sus investigaciones e incluso a su herman y madre del estado lara al estado vargas y viceversas. tremendo hombre luchador de caracter honesto y sencillo. dios lo tenga en la gloria profesor y mis mas sentido pesame a su mama y hermana el cual conoci