El 3 de agosto de 1949 el escritor anotó en su
diario que había cenado con Oswald de Andrade, a quien llamó “personaje
notable”. Como la frase le resultó insuficiente, se trazó una tarea:
desarrollarla. Más adelante comienza a hacerlo. Así, refirió que el brasileño
le había hablado de la antropofagia cultural. Al tratar de resumir la lúcida
teoría de Andrade, dijo:
“Ante el
fracaso de Descartes y de la ciencia, volver a la fecundación primitiva: el
matriarcado y la antropofagia. Al haber sido devorado allí el primer obispo que
desembarcó en Bahía, Andrade databa su revista en el año 317 a partir de la
deglución del obispo Sardina (porque se llamaba Sardina)".
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São Paulo en el diario del escritor francés será
también esta conmovedora emisión de radio:
“Unas
pobres gentes acudían al micrófono para exponer la necesidad en que se
encontraban. Aquella noche, un negro alto, pobremente vestido, con una niña de
cinco meses en brazos y el biberón en el bolsillo, acudió a explicar allí con
sencillez que, al haberle abandonado su mujer, buscaba a alquien que pudiera
ocuparse de la niña sin quitársela. Un ex piloto de guerra sin trabajo buscaba
un puesto de mecánico, etc. A continuación, en las oficinas, esperamos las
llamadas telefónicas de los oyentes. Cinco minutos después de acabar la
audición, el teléfono suena sin interrupción. Todos se ofrecen u ofrecen alguna
cosa. Mientras el negro está al aparato, el ex piloto le cuida la niña y la
mece. Y el colofón: un negro alto, más viejo, entra en el despacho a medio
vestir. Estaba durmiendo y su mujer, que escuchaba la emisión, lo despertó y le
dijo: ‘Vete a buscar a la niña”.
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Y no por última, menos importante para el
diarista, esta mínima referencia gastronómica. Abundante, bien combinado y
multiétnico, hay un plato que atraviesa todas las culturas brasileñas. Lo
comían tanto en la “casa grande” como en la “senzala”, donde seguramente se
compuso “in illo tempore” por vez primera. Bien. El diarista, que es Albert
Camus, después de comer en casa de Oswald de Andrade dijo algo que muchos
compartimos: “La comida brasileña no se acaba nunca”. Hablaba de la “feijoada”.
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