miércoles, septiembre 13, 2006

La encuesta Pomés (XIV), Rafael Arráiz Lucca y el goce de ver comer


Marta Pessarradona. Pomés
Los asiduos a la Casa de la Letras Antonio Arráiz
de Barquisimeto en los años 90 recordarán esta
foto de Pomés que muestra, especialmente, el perfil
y las manos de la escritora catalana. La foto estaba,
por cierto, en la cocina.


Duelos y Quebrantos recibe hoy la honrosa visita de Rafael Arráiz Lucca, cuyos sellos en el pasaporte son también una muestra variadísima y copiosa de viajes gastronómicos. Si somos lo que comemos, el catálogo de Rafael nos permite confirmar su amplitud y su ausencia de dogmatismos.

Mario Vargas Llosa en un artículo formidable recordó una imagen casi pantagruélica de Pablo Neruda: el poeta comiendo, gozoso, indetenible, con dos cucharas. Sin llegar al ejemplo nerudiano, nos gusta contemplar la expresión de goce de otros en la mesa. Ver comer con deleite, sin duda, da gusto. Una de las selecciones que transcribimos de seguidas incluye esa arista gastronómica:

Rafael Arráiz Lucca

1) Cachapa con queso guayanés. En especial la del camión de la urbanización Santa Fé, en Caracas. Este camión blanco y rojo se estaciona todas las tardes allí desde 1976, y soy asiduo desde esa época.
2) Pie de limón. Me gustan de distintos sitios, y señalo entre los mejores el que hacen en el café Arábica, en Los Palos Grandes.
3) Lomo de salmón. Lo he comido mucho y en diversos sitios, y acompañado con papas fritas es algo cercano a la gloria.
4) Babaganush. Confieso mi debilidad por esta crema de berenjenas horneadas sobre leña. Empiezo a comerla y no puedo parar.
5) Ensalada de rúgula con queso pecorino, nueces y aceite de oliva. Mi debilidad por la rúgula es ya acentuada. El levísimo toque amargo casi me esclaviza.
6) Tequeños. Los mejores son los de la agencia Mar y los de Las Tías, una pequeña empresa que los hace de hojaldre.
7) Coca cola ligera caliente, servida en un vaso con mucho hielo y un chorro de limón. El paso del líquido de la temperatura ambiente al frío del hielo, con el jugo de limón abajo, es la idea que tengo de lo refrescante.
8) La torta de chocolate de Guadalupe. No creo que se haga en el mundo una torta mejor que ésta, y no lo digo porque esté casado con la autora.
9) Laphroaig. Es el whisky de malta más yodado de todos los que se hacen. Es fuerte, de inconfundible personalidad. Un estremecimiento.
10) Cordero. Entre los muchos que he probado, recuerdo dos: el del café Voltaire, en París, y el del Goizeko Kabi, en Madrid.

(Rafael Arráiz Lucca es uno de los escritores e intelectuales venezolanos más destacados y fecundos. Poeta, ensayista, profesor universitario, historiador, académico de la Lengua, exitoso gerente cultural, cronista, articulista de prensa, editor y mucho más. Y, por encima de todo, buen amigo de sus amigos y buen ciudadano de su ciudad).

Juan José Camejo:

Los recuerdos son un círculo:

1. La sopa de mariscos que una vez disfruté en “La Tertulia”.
2. El cordero horneado, también de “La Tertulia”, ese mismo día.
3. El atún asado, aderezado con aceite de oliva y perejil, que incansablemente probé en la Mansión Carrero.
4. Un jabalí estofado mientras recordaba Cascabeles.
5. El arroz con costillitas de mi abuela.
6. La salsa boloñesa de mi papá.
7. La pizza de caracoles de María Karem, en Mérida.
8. El gulasch de Robertico.
9. El rostro de Amelia mientras minuciosamente se come un mango maduro.
10. El conejo guisado de Moira después de demoradas cervezas y reproducciones de Lucien Freud.
10 ½. Para hacer honor a las repetidas posdatas, una imagen electrizante: la delectación de una mujer española mientras comía un shawarma servido en un restaurante atendido por una familia de cubanos.

(Juan José Camejo es licenciado en letras. Actualmente es uno de los responsables de la página web de la Uney: http://www.uney.edu.ve. Conozco textos literarios suyos que dan muestra de un talento que seguramente ha seguido cultivando y del que esperamos mucho).

5 comentarios:

Ana Isabel dijo...

Yo por mi parte diría que los recuerdos son como un espiral.. caminan por nuestra mente atravesando cada etapa de nuestras vidas y cada momento vivído.. Lo muestra muy bien la respuesta de Arraíz Lucas, cuando evoca platos de diferente indole y diferentes regiones del mundo, llagando hasta la simplicidad de una coca cola con limón.. que podemos encontrar en cualquier parte del mundo.

De igual forma Juan Camejo muestra una memoria de momentos culinarios, tal vez de la que no es participe directamente pero de igual forma lo deleitan.. eso es interesante... (me encanta la escena del mango)

Ana Isabel dijo...

De nuevo por acá...

Leí el post de Sumito dedicado a la UNEY, cosa que me parece sumamente interesante y necesaria en el mundo de la gastonomía, como egresada -No por Casualidad- de la UNEY al igual que mis compañeros Osmany y Ricardo, es grato saber que las discusiones gastronómicas que se generan día a día por los que laboramos en el área de la cocina y los aficionados por este tipo de discusiones, contribuyen al enriquecimiento de nuestra cultura y nuestra memoria, al conocimiento de lo que fuimos y aún somos, pues la cocina es y será siempre la médula de la vida, el eje donde se manejan las grandes decisiones, de negocios, el amor, la diversión; la cocina es el centro de las más gratas emociones que el ser humano pueda sentir y padecer en la vida, al igual que en ella se construye la historia y la sobre-vivencia de un pueblo, que día a día lucha por conservar su patrimonio, sus raíces, su acervo. La diferencia hace la excelencia, a la hora de debatir el tema de la gastronomía, cada uno tiene una visión del mundo diferente, pues somos sujetos, cada quien a su manera cree en sus ideales -que gracias a la vida no son INMUTABLES-, pero lo importante de todo esto, es que esas polémicas que se arman lleguen a la gente y que sea el pueblo soberano quien decida que historia contar a sus futuras generaciones.... Larga vida a los debates gastronómicos!!!!

Anónimo dijo...

Muy bien Ana Isabel. Todo lo que se haga por ubicar a la cocina en el centro de la cultura en Venezuela debe ser bienvenido. Por eso, cada uno de ustedes, en su función respectiva, tienen una gran responsabilidad: Sumito en su su función estelar de difusor y de reconocido chef; la Uney, en su rol formativo...En fin, que siga creciendo la gastronomía en el país.

Otra cosa: me gustó bastante la lista de Rafael Arráiz Lucca, uno de los mejores columnistas de El Nacional.

Que continué la encuesta!

Esther Romano

Anónimo dijo...

Saludos señora Esther,
bueno fíjese que yo he aprendido bastante con el señor Sumito, aunque todavía no entiendo el problema con la hallaca, pero yo no creo que sea diferente por que a fin de cuentas de cocina es que se trata creo yo y la cultura creo que tampoco es distinta, si es de Venezuela claro. Disculpe el comentario es de mi tía Fidelina que todavía no sabe escribir mucho en la computadora y me pidió que lo escribiera

Sansón Carrasco

Anónimo dijo...

Un gran abrazo de felicitación a Osmani y Ricardo por esa avasallante argumentación!!!!