lunes, abril 28, 2008

Cocineros bajo palabra

De la UNEY: María de los Angeles Palao, jefa de cocina y Teodoro, del servicio de sala, con la reina al fondo

COCINEROS. En estas páginas hemos celebrado siempre la alegría de la cocina y, desde luego, la pasión de quienes renuevan cotidianamente su pasión por los fogones. Así, festejamos a Chichí y su auténtica cocina de Güiria, pero también a unos cocineros mexicanos que investigan el barroco gastronómico y son capaces de revivirlo con encanto y erudición en nuestra mesa. Aplaudimos el gusto, la vocación, los conocimientos, la destreza, la cultura y el amor de aquellos que se han entregado al bellísimo oficio de preparar comida. Pertenezca o no al mundo de las candilejas gastronómicas, un cocinero vale por su honestidad. Conozco algunos que no se cansan de cocinar bien, pero que se hastían ante las luces de artificios. A esos cocineros de verdad, ni les va ni les viene la fama que los aparatos mediáticos prodigan. Fervorosos y disciplinados, conservan, recrean o enriquecen una tradición… y no se lo andan diciendo a nadie, como decía mi amigo Argenis. Los otros (no todos) también tienen su mérito, máxime cuando realizan con decoro su trabajo. Ellos arriesgan y se exponen, asumiendo la responsabilidad de difundir un viejo oficio y de marcar público deslinde con la impostura. También a ellos los celebro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos gustaría conocer un poco más sobre la cocina de Güiria.

Saludos.

Biscuter dijo...

Pronto se editará el libro de Rosa Bosch sobre la cocina de Güiria. Tiene un recetario estupendo.

En un número de la revista Bigott hay un buen trabajo sobre esa cocina. Es el número que dedicaron al Estado Sucre. El trabajo es de Cartay. Ese número incluye también una entrevista con Rosa Bosch.

Si lees un cuento titulado "Velando a pensamientos desatados", del güireño Gustavo Díaz Solís, podrás encontrar buenas referencias al calalú, una sopa espesa hecha de quimbombó, acelgas y cangrejos.

Pero lo mejor, es ir hasta Güiria y buscar a las cocineras o cocineros de allá. Los propios.

Saludos y gracias.