Sabemos que no hay hilo de Ariadna que nos ayude a salir. Ni falta que hace. Es gratísimo saberse perdido en el laberinto de la memoria gastronómica.
Sin embargo, vamos a colocar unos puntos suspensivos en la encuesta Pomés.
Queremos decir: la encuesta no ha concluido, pero los resultados que hasta ahora registra la misma nos han llevado a iniciar una muy libre reflexión sobre el gusto que verá después la forma de libro. Eso se llevará su tiempo. Esperamos que no sea mucho. El estudio y la sabrosa especulación ensayística que la encuesta nos ha despertado se harán en el Centro de Investigaciones Gastronómicas, en Salsipuedes, San Felipe.
Desde ya le pedimos autorización a todas las personas que respondieron la encuesta para la inserción de su lista o de su texto en el libro. Si desean hacer algún agregado o una modificación, pueden dirigirse a nuestro correo electrónico: frecastle@hotmail.com
Quienes pensaban responder y aún no han podido enviarnos su contribución pueden hacerlo en cualquier momento. Repetimos: la encuesta sigue abierta aunque esté pasando ahora a un gabinete de estudio.
Muchísimas gracias por el inmenso aporte hecho y, sobre todo, por darle gusto a nuestro gusto.
Copiamos a continuación las dos respuestas más recientes. Son estupendas. La memoriosa gula de Maru y de Nanana queda con ustedes:
María Eugenia Eiras:
Aquí mi lista... es raro lo que no me gusta, las primeras cosas que me vienen a la mente son:
1. De mi niñez (añoro los dulces sobretodo):
2. Los golfeados de Pan 900 en Sabana grande
3. Las bombas rellenas de crema y el pan dulce de la panadería cercana a mi casa
4. El carlton
5. Los buñuelos con pasitas o cambur de mi tía abuela
6. Las empanadas de mi abuela… ahora, las de mi hermana espolvoreadas con azúcar
7. El pastel de papa de mi mamá
8. El asado de tira que hacía mi abuelo
9. Las empanadas de maíz (humita), el pastel de papa y el arroz salvaje con hígados de pollo y almendras tostadas de mi mamá
10. El puré de papa de mi papá, humeante, cremoso, justo en mantequilla, leche, sal y nuez moscada.
1. De las frutas, el mango de hilacha verde con sal, el mamón, la guanábana.
2. De los quesos, el guayanés en una arepa hecha en budare y casi sin masa y el tres leches que nos trae mi suegra de Tenerife
3. El queso frito con mermelada de ají dulce
4. El brie con nueces y miel, derretido en microondas
5. El quesillo salpicado con unas gotas de ron cacique antiguo, la torta de queso criolla aún caliente
6. Los alfajores La Habana (más, los blancos), el cambur con dulce de leche
7. El aguacate en su punto sin más nada, los tomates secos y el pimentón rostizado, la miga del pan campesino recién horneado
8. El ceviche
9. El magret de pato, el salmón en cualquier forma y la piel del salmón bien crujiente, el tuétano con aceite, sal y pimienta, las ostras con limón
10. Fanática de la carne, no magra y a término medio sin nada más que sal y un poco de pimienta
(María Eugenia Eiras es una conocida gastronóma y comparte sus saberes con todos nosotros en su blog Experiencia Culinaria: http://www.chef-catering.com/blog/ . Su lista rescató para nuestra memoria los golfeados de la 900 y el carlton, especialmente, el de antes, el que venía en una lata de color rosado o salmón. Leyendo a María Eugenia a esta hora del mediodía no nos queda otro camino que salir a comer sin dilación)
NANANA SALDAÑA:
Para mí hablar o escribir sobre las diferentes comidas es pasearme por las distintas etapas de mi vida y es imposible no recordar:
1. El hervido de gallina de mi abuela Sergia el día 25 de diciembre.
2. El lomo prensado de mi tía Negra.
3. La torta de chicharrón de mis tías: La Blanca, La Negra y La Niña Estrella. Pero la más sabrosa es la de mi tía Blanca (no se esborona).
4. Venir de un juego de baseball (Cardenales-?), pararse en la pizzería Europa y ordenar una crema de tomate, um, qué rica, era lo máximo.
5. Comerse un sorbete de la abuela Meche, dulce a base de harina, huevos, azúcar, nuez moscada, leche, etc.
6. Un rico estofado, sopa riquísima hecha con 3 tipos de carne (res, pollo y cochino), papas, bolitas de masa, plátano madurón, chocolate y demás hierbas aromáticas. Es una receta familiar y a mi prima María y a mí tía Negra le queda espectacular.
7. La pulpa de cochino que cocino yo, inyectada con aliños y cocida en el propio caldero. Se adoba y se baña con el resto de los aliños. Es mundial y al final cuando todos los comensales han comido, la cocinera tiene el honor de agarrar un pedacito de arepa y pasárselo al fondo del caldero. ¡Como eso no hay!
8. El mojo de semillas de auyama de mi tía Negra.
9 Los chicharrones de lomo de cochino de Rangel, marinados con las más exquisitas hierbas de nuestra cocina: orégano, comino, pimienta negra, sal y un poquito de azúcar.
10. Este número no se refiere a ningún plato específico. Por ejemplo: estamos todos reunidos y ofrecen algo de comer. Yo digo: "No tía, gracias". Pero el que está a mi lado dice que sí. Uno lo mira. Lo vuelve a mirar y con mucho disimulo y educación uno dice: dame un poquito. Ese poquito sabe a manjar de dioses. Eso es típico en mi familia. Todos lo hacemos (es de muy mala educación, pero cómo saboreamos todos esos “poquitos” que le quitamos a los demás. No importa si es dulce, salado o agrio. Lo que importa es saborear lo del otro).
(Nanana Saldaña es Administradora y se llama Imperio Saldaña, pero es conocida entre los suyos sólo como Nanana. Pertenece a una familia de ilustre tradición gastronómica. Lo revelan las menciones a sus tías y a su tío Rangel Crazut, autor de un libro bellísimo sobre los tres fogones de su vida. Sabemos que más de un lector se verá identificado con la costumbre que divertidamente incluyó Nanana en el número 10 de su lista. Cuchi, por ejemplo, se vio retratada allí. Por mi parte, me veo pasando un pedacito de arepa en el fondo del caldero de la pulpa de cochino. ¡Qué delicia!).
lunes, septiembre 25, 2006
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3 comentarios:
Quedé al descubierto... como una glotona! Sds.
Se veía venir!!! Lo de un necesario libro de esta sabrosa encuesta! De mi parte sería un honor, qué digo un honor: un honorón! qué digo un honorón: un honorsísimo! qué digo un honorsísimo, un hyper-honor!...
En fin, dile a Cuchi y a Salsipuedes que no piensen mucho el asunto, que sólo piensen en la fecha de publicación y me avisen, pa' anotarme en la lista de los primeros en comprarlo.
Abrazos.
Hace tiempo no visitaba Duelos y Quebrantos (por causa de las vacaciones y de las fallas en mi conexión) y me sorprendió la encuesta, que interesante la fuerza de los recuerdos y el vínculo de la boca con el corazón.
Lo que la memoria me permite ahora recordar:
1. El TARKARÍ (sí, con R) de chivo de mi mamá, con los ingredientes muy bien cortados, del tamaño justo y con el infaltable gusto picante.
2. La punta trasera con pura sal que hace mi papá a la parrilla, con arepas cocidas junto a la carne (cero adobo, vade retro).
3. Los pavitos rellenos de Mapire, en el borde orinoqueño de Anzoátegui.
4. Arepas de maíz pilado con un rolito de queso llanero, recién hechas, en Pariaguán ¡a las 6 de la mañana!
5. Comerme un pargo frito que se sale del plato por lo grande y por lo fresco en el mercado de Conejeros, rematando con una arepita de explosión marina donde el negro Eulogio (100% recomendado). Para pasar el tarugo, batidos de frutas o malta bien fría.
6. Empanadas de cazón de una señora que ponía su puesto en la parada de autobuses de Macanao. También las de mi amiga María y su hija Karina, en playa El Agua, en el sector Miragua (pa' que vayan y me la saluden).
7. Un pelao (arroz con pollo en oriente) con mucho caldo, queso rallado y una orilla e' casabe.
8. Jalea de mango verde, muy ácida.
9. Las hallacas de mi mamá, parte llaneras, parte guaras, parte caraqueñas; totalmente deliciosas.
10. Cochino frito con cuerito.
Saludos a la gente del CIG.
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