Ovidio escribe:
“Va a ir tu marido al mismo banquete que nosotros. / -Que para tu marido sea, lo pido, / su última cena. (...) Cuando en el lecho esté tendido él,/ irás con gesto humilde a tumbarte a su lado;/ el pie tócame entonces a escondidas./ Mírame a mí, mis gestos, lo que diga mi rostro./ Capta y envíame tú señas furtivas./ Sin hablar, con las cejas/ palabras elocuentes te diré./ Descifrarás palabras con los dedos:/ palabras que estarán con vino escritas”.
Está en un poema de Amores. La traducción es del excelente poeta español Juan Antonio González Iglesias.
En una nota al pie de página González explica lo del “lecho”: los romanos cenaban en el triclinio, tendidos en lechos en torno a una mesa en forma de U. No necesariamente lo usaban para las infidelidades.
“Va a ir tu marido al mismo banquete que nosotros. / -Que para tu marido sea, lo pido, / su última cena. (...) Cuando en el lecho esté tendido él,/ irás con gesto humilde a tumbarte a su lado;/ el pie tócame entonces a escondidas./ Mírame a mí, mis gestos, lo que diga mi rostro./ Capta y envíame tú señas furtivas./ Sin hablar, con las cejas/ palabras elocuentes te diré./ Descifrarás palabras con los dedos:/ palabras que estarán con vino escritas”.
Está en un poema de Amores. La traducción es del excelente poeta español Juan Antonio González Iglesias.
En una nota al pie de página González explica lo del “lecho”: los romanos cenaban en el triclinio, tendidos en lechos en torno a una mesa en forma de U. No necesariamente lo usaban para las infidelidades.
2 comentarios:
Qué bueno el texto de Ovidio!
No lo recordaba!
Mil cariños!
Por cierto, no dejen de leer el magistral post del "balut" que escribió Mil Orillas en su blog.
Mil felicitaciones.
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