domingo, junio 16, 2013

Huevas de bacalao y Joyce

JAMES JOYCE por GISELE FREUND
 
Hace un momento en Dublín los devotos recitaron a coro las primeras palabras sagradas del día:

"Solemne, el gordo Buck Mulligan avanzó desde la salida de la escalera, llevando un cuenco de espuma de jabón, y encima, cruzados, u
n espejo y una navaja. Elevó en el aire el cuenco y entonó: -Introibo ad altere Dei".

A esta hora ya se habrán consumido suficientes riñones de cordero o huevas de bacalao, las inmancables frituras de este día.

A esta hora ya la colación con chocolate ha hecho de las suyas y, estimulados por la bebida de los dioses, los devotos seguramente marchan hacia el Mulligan`s para beber su ritual guinnes con sabor a gloria.

A esta hora en Dublín, el más extenso y laberíntico día de la literatura universal habrá alcanzado su esplendor.

A esta hora, en cualquier parte del mundo todavía podemos iniciar el recorrido. Abramos, entonces, el Ulises y entonemos de nuevo:

"Solemne, el gordo Buck Mulligan..."

Estas son horas en que James Joyce ha vuelto a encontrarse con Nora Barnacle. Es de nuevo el 16 de junio de 1904 y beben agua perfumada con hinojo.

"Y sí yo dije sí quiero Sí"

Reciban todos en cualquier hora del Bloomsday, diseminados monologados dedálicos lúdicos y dublineses saludos joyceanos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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