jueves, junio 20, 2013

Perfume de aceitunas


Virginia Woolf
 
En una casa de las Hébridas veranea la familia Ramsay. Sus integrantes adoran la lozanía de las islas y disfrutan de sus playas. Esta noche habrá cena para catorce comensales y toda la ilusión de la anfitriona estará puesta en el plato principal.  

El hecho que refiero se produjo en una magnífica novela y no estuvo exento de temores.  Sin duda, fue una mesa difícil y compleja. Al soberbio estofado venido de una receta de la abuela de mistress Ramsay, le correspondió la secreta hazaña de rescatar al banquete de un naufragio inminente.  

Esa cena tiene ahora sitial de honor en la historia literaria de la gastronomía. La escribió Virginia Woolf en Al faro. Leamos unas líneas: 

“…y un exquisito perfume de aceitunas y aceite y jugo se desprendió de aquella gran olla marrón cuando Marthe, con un gesto brusco, quitó la tapa. La cocinera había estado guisando a fuego lento ese plato, durante tres días. Y mistress Ramsay pensó, cortando en la blanda masa, que debía poner extremo cuidado en escoger un pedazo especialmente tierno para William Bankes. Y mirando dentro de la olla las paredes relucientes y la carne apetitosa en amarilla confusión, las hojas de laurel, el vino, pensó: ´Vamos a celebrar el acontecimiento”.

El héroe de la noche es francés y famosamente se llama “boeuf en daube”.

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