Raimundo Madrazo. Mujer (Aline Masson) bebiendo una taza de chocolate
De vez en cuando vuelvo
a los cuatro tomos de una vieja autobiografía que es también una novela o una
crónica inacabable que atraviesa dos siglos y dos continentes con la majestad
de los recuerdos vivos. Sus páginas tienen el sabor y la gracia del tiempo que
convocan, así como los personajes y las cosas de un mundo que ahora nos parece
inverosímil.
Hoy volví a encontrarme
con la tía Polonia, quien me recuerda un poco (sólo un poco) a la bellísima y
misteriosa prima Águeda de Ramón López Velarde.
Polonia se aparece
siempre por las tardes, envuelta en un mantón. Viene a merendar. Detrás de
ella, inmancable, pasa una criada con una bandeja de plata “provista de dos
huecos redondos para las tazas de porcelana y uno largo para los bizcochos”.
Trae, además, dos jícaras de soconusco. Todo lo deja en un gabinete y baja por
otra bandeja de la que brotarán las ensaimadas compradas en La Mallorquina, que comerán el autor
(niño entonces) y sus primos.
--
Estamos en la merienda y
ya no hay excusa para no cederle la palabra a Corpus Barga, que así firmaba sus
libros este señorito que era tío de Ramón Gómez de la Serna, y que ayudó a
Antonio Machado a cruzar la frontera en el sombrío año 39, como dicen todas sus
semblanzas:
“Mi padre y la tía Polonia merendaban sola en el gabinete gris, delante
de la chimenea francesa de leña, si era invierno, tan contentas de estar juntas
y hablar de sus cosas como de saborear el chocolate. Había entre ellas esa
relación tan rara de la vida, más rara que el amor: la amistad verdadera. Los
primeros ojos que yo vi naufragando en lágrimas fueron los de mi madre porque
se estaba muriendo la tía Polonia, y entonces fue cuando también por primera vi
a la muerte…”
El párrafo anterior
puede llevarme al tema de la “amicitia” y a alguna página de Séneca… Pero
volvamos a la casa madrileña del escritor, que todavía queda soconusco en una
de las jarras.
--
Las memorias de Corpus
Barga (1887-1957) se titulan Los pasos contados Madrid, Alianza
Editorial, 1979.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario