T. S. Eliot y Valerie
Cuando Eliot se acercó a la frutería de enfrente
y vio moras y fresas, enseguida supo cuál sería el postre: trifle. Se fijó,
además, que había frambuesas, cerezas, zarzamoras y grosellas, todas lozanas y
radiantes. Mientras hacía su escogencia, pensó en que Valerie iba a celebrar su
decisión y le reveló al frutero que todo eso era para la cena que él y su
esposa le estaban preparando a su amigo Groucho Marx. Lo dijo con orgullo. Se
dirigió después a la sección de verduras y pidió espárragos.
Ya en casa, tras acariciar al gato, Eliot
entró a la cocina para decirle a su esposa que lo del postre estaba resuelto, y
le entregó complacido los hermosos frutos rojos. Valerie, de acuerdo a las
reglas de la buena anfitriona, se ocupaba directamente de la comida. En ese
momento rectificaba la sal de la “oxtail soup”. Como lo había previsto su
marido, la idea del postre le pareció magnífica y de inmediato dio
instrucciones a una de sus ayudantes para que buscara los bizcochos e hiciera
la crema para el trifle. Miró los espárragos y los encontró perfectos. Los
serviría asados, con mantequilla y pimienta. El menú, incluido el steak con
papas, ya estaba completo.
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Como lo reveló Groucho en la divertida carta a
su hermano Gummo, la cena fue una gratísima velada. En ella pusieron los Eliot
el esmero que merece todo acto importante en sus vidas, y es evidente que ese
lo era. Nada más revelador de un espíritu ilustrado que una buena comida hecha
en casa, con un impecable vino servido por el anfitrión. Es fama que Eliot
estimaba altamente el ritual de la comida y cultivaba el arte sereno de la
mesa. El testimonio de Groucho que ayer trajimos a este blog lo confirma.
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Al salir, Julius Henry se despidió también de
Gus y recordó que era el gato del teatro y para sorpresa de todos, incluida
Eden, recitó las primeras estrofas de un poema de su amigo:
“Gus is
the Cat at the Theatre Door.
His name,
as I ought to have told you before,
Is really
Asparagus. That´s such a fuss
To
pronounce, that we usually call him just Gus”.
Después agregó: “Por poemas como ese, yo creo
que Tom siempre ha sido marxista de mi tendencia Groucho”.
Se escuchaba todavía una sonata de Bartok. El
taxista de la International Car Hire esperaba paciente.
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Eso sucedió la noche del 6 de junio de 1964 en
el Nro. 3 de Kensington Court Gardens, en Londres. Y si así no sucedió todo, es
porque –hay que decirlo- me habré inventado alguna parte, con la asesoría de
Cuchi. Como dijo una vez Groucho para justificar algunas travesuras: “¿Y la
diversión?"
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