lunes, mayo 27, 2013

Salicornia

Salicornia
 
Cuatro vueltas al parque y una rápida incursión en Atacama, adonde fui llevado sin consulta por el llamado tentador de una palabra. Ahora, en las páginas del hermoso libro de Subercaseaux sobre la loca geografía chilena, encuentro la poesía de los desiertos: “El hombre, que debería huir, se queda. Ya no sabe volver ni lo desea. Hay un mundo fuera del mundo que lo atrae como un torbellino de silencio”. Habla don Benjamín de la faena de los salitreros que pasaban "provisoriamente" su vida entera en esas tierras…

Llego a mi segunda estación. Es un poeta que leí a comienzos de los noventa (o poco antes) y que ahora no frecuento. Veo a la madre de Raúl Zurita (de él se trata, por supuesto) lloviendo sobre la tierra yerma. Leo en voz alta:

Sobre el vacío del mundo se abrirá completamente el verdor infinito del Desierto de Atacama

De un libro a otro, transcurre la mañana.

Vuelvo a la palabra que me llevó a las sequedades: salicornia. En una publicación de temas gastronómicos abren con ella un artículo sobre las verduras del desierto. Se trata de un arbusto que vive en suelos salinosos próximos al litoral y que tiene hoy en día notables usos culinarios. Al indagar un poco, supe que un chef alicantino incluye en su menú unas vieiras rehogadas con mantequilla de salicornia, que me imagino exquisitas. Un bloguero español informa que Arzak tal vez fue el primer gran cocinero español en emplear la salicornia. Otro habla de los viveros de ese arbusto en Eritrea. Allí, con agua del mar Rojo canalizado riegan amplios campos de salicornia.

En Alicante la llaman “barrilla” o “espárrago del pobre”, me informa google, y en un diccionario de botánica para cocineros que tiene Cuchi en su biblioteca, leo que le dicen “alacranera de las marinas” y también “polluelo”. De sus semillas se produce aceite y hay quienes aprovechan su vigor salobre para darle sabor a la comida simple de los hipertensos.

Sin duda, el vocablo “salicornia” enlaza la sal del arbusto con sus puntas, puntas que otros asocian, como vimos, a tenazas de alacrán.

En Atacama, ante la aridez de las zonas más cercanas a la costa, también es la salicornia una esperanza.

Yo le doy las gracias porque hoy me ha devuelto a Zurita, y por el gusto perenne de leer de nuevo ese clásico que memorablemente se llama
Chile o una loca geografía. 

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