A propósito de los recuerdos de alimentos y cocina convocados recientemente en este espacio, un amigo mencionó a Bachelard. Su asociación me trajo a la memoria unas líneas del francés que me parecen útiles y luminosas, a la hora de abogar por la presencia de la cocina en nuestra formación. En ellas se pondera el valor de la cocina, no sólo como espacio para la educación sensorial de los niños, sino también como fuente de fantasías y de sueños.
Creo que esa hermosa idea de Bachelard posee un enorme valor explicativo acerca del vínculo entre imaginación y cocina. Además de soñar con la masa que se convierte en pan, también es posible imaginársela transformada en un manjar distinto, y lograr que ese milagro se produzca en vigilia.
Tradición y poesía. Fábula y memoria. Eso es, sin duda, la cocina, la real cocina cotidiana y hogareña.
Tiene la palabra Bachelard:
“Apartar al niño de la cocina es condenarlo a un exilio que lo aleja de sueños que no conocerá jamás. Los valores oníricos de los alimentos se activan siguiendo su preparación. Cuando estudiemos los sueños de la casa natal veremos la persistencia de los sueños de la cocina. Estos sueños se hunden en un remoto arcaísmo. ¡Feliz el hombre que, de niño, ´rondó alrededor´del ama de casa!”.
(Gaston Bachelard. La tierra y los ensueños de la voluntad)
Creo que esa hermosa idea de Bachelard posee un enorme valor explicativo acerca del vínculo entre imaginación y cocina. Además de soñar con la masa que se convierte en pan, también es posible imaginársela transformada en un manjar distinto, y lograr que ese milagro se produzca en vigilia.
Tradición y poesía. Fábula y memoria. Eso es, sin duda, la cocina, la real cocina cotidiana y hogareña.
Tiene la palabra Bachelard:
“Apartar al niño de la cocina es condenarlo a un exilio que lo aleja de sueños que no conocerá jamás. Los valores oníricos de los alimentos se activan siguiendo su preparación. Cuando estudiemos los sueños de la casa natal veremos la persistencia de los sueños de la cocina. Estos sueños se hunden en un remoto arcaísmo. ¡Feliz el hombre que, de niño, ´rondó alrededor´del ama de casa!”.
(Gaston Bachelard. La tierra y los ensueños de la voluntad)
4 comentarios:
Yo, de atrevida, se me antoja corregir a Bachelard (a quien no conozco)... "¡Feliz el hombre que, de niño, ´rondó alrededor´del alma de la casa!”.
Siempre es un placer.
Claro, es el alma de la casa. Me sumo a esa corrección. Gracias Morama.
Disculpe, me hace gracia que aparezca Morama cuando es Moramai... cosas de espacio digital. Pero Morama carece de sentido para mí... moramai es una palabra que en antiguo ceilandès significa "esperar contra toda esperanza"... desde niña, siempre fue un mantra para mí.
Saludos
Claro, siempre aparece Morama y no Moramai. Haberlo sabido. Gracias por aclararlo. Es un significado maravilloso. Gracias, Moramai.
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