jueves, mayo 16, 2013

Atanasia

Rosemary Woodhouse (Mia Farrow) en la célebre película de Roman Polanski
 
Adentro, esa raíz de inquietante olor y de extraña procedencia. El inocente collar se lo regaló Ruth Gordon, quien estuvo fabulosa como actriz de reparto en esa ocasión inolvidable.

Tanaceto se llama y bellamente también le dice
n Atanasia.

Además del célebre uso que le dio el Bajísimo en el edificio Dakota, sabemos de sus aplicaciones curativas.
 
Si bien posee más prestigio gástrico que gastronómico, leo hoy en un diccionario de botánica para cocineros, que puede ser empleada en rellenos, budines y tortas, así como en un guisado de peras con tocino que hacen los alemanes. Claro, siempre en pequeñas cantidades.

Llevará razón Victorino cuando me diga que atanasia puede ser el nombre de una ciudad invisible de Italo Calvino. Recordará que su casi homófona, Anastasia, es “una ciudad bañada por canales concéntricos y sobrevolada por cometas”, en la que se cocina la carne de faisán dorado sobre una llama de leña de cerezo y se espolvorea con orégano.

Lo es sí –me asegura Santiago Pol- de un antiguo tamaño de letra porque con ella se imprimió la vida de San Atanasio.

En el primer tratado sobre la imprenta que apareció en Europa, el de Caramuel, que bien podría figurar en una antología de literatura fantástica, se lee que, conforme al cuerpo de los tipos, uno de ellos, en efecto, lleva el nombre de atanasia.

Pienso en la raíz y en el origen del vocablo que la nombra (a-tánatos), esas otras raíces que la alejan de la muerte.

En algún lugar de Ucrania –no me acuerdo cuál- alivian todos los dolores con un bebedizo de atanasia y miel.
 

3 comentarios:

Medi-terránea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yolanda dijo...

Siempre leo su blog y quiero agradecerle por tan extraordinaria manera de acercarnos a la literatura y a la gastronomía. Qué dulce y vibrante forma de estimular la curiosidad por esa raíz para mí desconocida. Quisiera probarla y descubrirla en ese bebedizo ucraniano que seguramente alivie cualquier dolor menos el que ocasiona la ausencia. Saludos.

Biscuter dijo...

Muchas gracias Yolanda.