Botticelli. El nacimiento de Venus
Frente a esta hermosa luz del valle, imagino hoy la comida ritual de las primicias. Mañana habrá salmón en abundancia. Los inmortales andan por ahí, santificando las bellotas y todos los frutos del cosmos nuevo que se acerca. Comeremos como quien come por vez primera en la tierra.
Sé que, ustedes, modernos, no me entienden. Han
olvidado la experiencia de gustar alimentos bendecidos por los dioses. Déjenme
ayudarlos. Piensen en la emoción de quien acaba de descubrir el amor o de ver El
nacimiento de Venus, de Botticelli. Así, nosotros, cuando renovamos el mundo en
la comida sacramental del año nuevo. ¿Cómo les digo? Tal vez el vocablo
“epifanía” me ayude. No sé. Se trata de darle un sentido pleno a la existencia,
con lo mucho que puede ofrecerte la tierra todavía, si haces algo para
merecerlo.
Un sacerdote karok en la costa noroeste de
California, le relató a Mircea Eliade algo parecido.
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Deseo de ser piel roja es hoy deseo de ser
karok.
Feliz Año Nuevo a todos los amigos.
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