Murillo. Inmaculada Concepción
Cinco de la mañana y la
ciudad invisible. Puedo imaginarla en otros tiempos. A esta hora, caminable.
Abelardo en el mercado, elige los
tomates. Busca cilantro y cebollín. Hoy le toca celebrar el día de Nuestra
Señora de la Pura y Limpia Concepción de El Tocuyo. Silba la Marsellesa y mira
el cielo en el punto exacto de su dicha.
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“Es una flor de piedra
del siglo dieciséis”. Lo dijo Losada, al escuchar anoche el Toque de Ánimas.
Hablaba de su pueblo.
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Dos vueltas al parque y
la ciudad visible, tanto como mi nostalgia.
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