lunes, abril 25, 2005

Duelos y Quebrantos en Salsipuedes y un artículo de Osmany


Duelos y quebrantos

Hoy tuvimos una gratísima sorpresa en Salsipuedes: comida del Quijote.

Los cocineros del CIG-UNEY (Ricardo, Adriana, Angélika, María) se preparan para servir el próximo jueves un almuerzo manchego a los ochenta maestros que iniciarán próximamente en el estado Yaracuy un programa cervantino denominado "La lectura vuelve a casa de la mano del Quijote". Bien. Hoy tuve la fortuna de asistir a una de las pruebas de los cocineros. Me sirvieron duelos y quebrantos y pisto manchego, elaborados con la libertad que disfruta quien recrea o inventa en la cocina porque conoce bien las tradiciones. Me encantan la audacia y la innovación, cuando son auténticas. Ya seguiremos hablando del tema y también de la cocina del Quijote.

Ahora quiero compartir un artículo escrito por Osmany Barreto, quien es uno de los próximos egresados de la UNEY como licenciado en Ciencia y Cultura de la Alimentación. También ha cocinado en Salsipuedes. Copio su artículo:

"UNA COCINA QUE SABE…

“Humano Soy, nada de lo humano me es ajeno”
Terencio


En la UNEY como a Terencio, nada de lo humano nos es ajeno. La Cultura y la Ciencia, entidades humanas en sí, son los pilares fundamentales de nuestro accionar e incluso vamos más allá, las hemos integrado en nuestro pregrado Ciencia y Cultura de la Alimentación.
Nos apartamos de aquellos descompuestos “concienzudos” que las segmentan, olvidándose de que la Cultura inviste el conjunto total del quehacer humano, al circunscribir las prácticas económicas, políticas, científicas, jurídicas, religiosas, comunicativas, sociales, etc.
Un ejemplo claro de nuestra condición de integralidad son sin duda los espacios académicos: Cocina Básica y Cocina y Cultura Gastronómica, donde la Cocina constituye “la verdadera brújula de la carrera”.
Y es que consideramos a la cocina como madre del hombre, acompañando al eximio científico Faustino Cordón cuando afirma que: Cocinar hizo al hombre, y que, por lo tanto, la ciencia es consecuencia de la actividad culinaria y la cocina su primer laboratorio.
Más aún, si partimos de que el hombre se define por su facultad de hablar, podemos pensar que la palabra sólo pudo originarse en aquel hombre primigenio, precisamente, cuando se dedicó a transformar el alimento, con ayuda deliberada del fulgor del fuego, que “ningún ser humano puede mirar sin asombro antiguo”, siguiendo la impronta del genial Jorge Luís Borges en su "Otro Poema de los Dioses”.
Este emprender culinario, trajo consigo reacciones químicas que favorecían la solubilización de las sustancias, haciendo posible la interacción de los néctares digestivos desencadenándose el concierto de procesos metabólicos que permitieron el aprovechamiento del contenido nutricio de las células de los alimentos. Además, a partir de la cocina, vinieron los hábitos, los ritos, los dioses, la tradición. El acto de comer dejó de ser un acto material y mecánico para hacerse también pensamiento, idea y símbolo. La cocina evolucionó el cuerpo y el alma…
La cocina expresa integralidad (por lo menos para nosotros) y fue lo que permitió el florecimiento de todo el conocimiento humano; es un espacio para la sinceridad, la responsabilidad, la justicia, la solidaridad, el sacrificio, la ética, para el amor. Es la sustancia del saber…
En la Uney, libramos una digna batalla día a día contra la babélica tendencia de la división del conocimiento, contra la barbarie del espacialismo, contra la pedantería de los “exquisitos chefs”.
Es por ello que en sus espacios la cocina y la ciencia fraternizan, comulgan, viven juntas, estudian en el mismo salón y comen en la misma mesa. La cocina es Química y es Lengua y Tradición Cultural, es Tecnología y es Filosofía de la Práctica, es Ingeniería y es Historia de la Alimentación, es Matemática y es Cultura del Emprendedor, Es Ciencia y Cultura de la Alimentación.
Y porque es profundamente humana, nos puebla, nos habita, no nos es ajena y orienta los pasos de quienes en, con y por ella transitan por sus senderos infinitos…"

Osmany Barreto. Auxiliar Docente de la UNEY

6 comentarios:

Biscuter dijo...

Me gustan mucho los dos párrafos finales: "La cocina es química y en lengua y tradición cultural. Es tecnología y es filosofía de la práctica. Es ingeniería y es historia de la alimentación. Es matemática y es cultura del emprendedor. Es ciencia y cultura de la alimentación". Todo eso es. La cocina es todo. Por eso el último y bello párrafo del artículo de Osmany:

"...es profundamente humana, nos puebla, nos habita, no nos es ajena y orienta los pasos de quienes en, con y por ella transitan por sus senderos infinitos".

Anónimo dijo...

Saludos Sra. Biscuter,

He llegado a su blog a través de Veneblogs. Me gustan sus palabras pero no se mucho de literatura y esas cosas. De cocina estoy tratando de aprender. He leido que usted sabe mucho de literatura, tradiciones y de cocina también. Aunque le confieso que he entrado en otras páginas que también son gastronómicas (creo) y bueno me ha emocionado la cosa de la publicidad y la técnica de laboratorio en la cocina, parece que es lo que más aprecian en los círculos gastronómicos o al menos los que uno ve en Internet. Muchas gracias por su tiempo y espero seguirla leyendo

Bachiller Sansón Carrasco

Anónimo dijo...

Gustosísimos Saludos Sra. Biscuter,
Mientras conversaba con un sabio amigo (como lo suelen ser todos los que saben serlo), acerca de los dos tipos de cocina de la que habla el Maestro Soria, la buena y la de Sumito, perdón, la mala, me contó de su blog y que allí, la primera figuraba como la Diosa regente de los Saberes y los Sabores. Debo confesar que soy un principiante en esto de los Blog, pero me ha gustado tanto a lo que saben sus palabras que, me auto declaro amigo de Duelos y Quebrantos. La conjugación de la literatura, la cocina y la tradición en un sitio en la embasurada internet, es una tabla de salvación para todos nos que nos gusta leer, cocinar y sobre todo comer.
Espero que me acepte como amigo de Duelos y Quebrantos, pero más allá quiero seguirla leyendo.

Anónimo dijo...

Me parece un comentarió un tanto superficial el suyo Sr Trino. Por lo menos a mi me gustaría saber cual es el criterio que usted utiliza para calificar la cocina de Sumito como mala. No creo que el Sr Soria haya catalogado la cocina de Sumito como mala, lo que creo es que usted se escuda en la trayectoria gastronómica del gastrónomo para hacer una critica malsana que estoy seguro el Sr Alberto Soria sería incapaz de hacer.
Juan Carlos Bruzual Tabosky

Anónimo dijo...

Coincido con Bruzual en que deben darse razones para calificar de mala o buena la cocina que hace alguien. El señor Trino no las dio. También es verdad que Alberto Sora es un hombre serio y cuando opina da razones, gústenle a quien le gusten.

Anónimo dijo...

Salvo el comentario de Trino de Februa no he conseguido acá ninguno donde Soria y Biscuter hayan calificado la cocina de Sumito. Es más, no he conseguido ninguna expresión que permita calificar a Soria, o a Biscuter, de fanáticos de la tradición o de enemigos de la vanguardia. Me parecen personas críticas, pero no fanáticos. No sé por qué razón algunos fabrican un "muñeco de trapo" y pelean después con ese muñeco, haciendo comentarios en este blog o en el de Sumito. Sé que Soria y Biscuter ven ese round de sombra desde el ring
side. A ellos ni los roza.

P.D: "Muñeco de trapo": falacia conforme a la cual le atribuimos a alguien algo que no dijo para después refutárselo. Por ejemplo: "Soria y Biscuter son fanáticos de la tradición y enemigos de la vanguardia".